Cinefilia pura y dura
Por Diego Brodersen
Y se acaba. Los dos últimos títulos de la Competencia Internacional ya han tenido sus presentaciones oficiales, completando la veintena de largometrajes que integran la sección. Un buen final por partida doble, además. Luego de Todas las canciones hablan de mí, Jonás Trueba –hijo del renombrado realizador Fernando Trueba y sobrino del también cineasta David Trueba– crea en Los ilusos un film de singular estructura y belleza visual. El film en su totalidad respira cine, en primer lugar por el hecho de que su protagonista, León, es un joven director al que encontramos en esa particular etapa entre proyectos, una suerte de limbo creativo y cotidiano. Pero también porque en la historia se cuela desde un principio la misma hechura del film que estamos viendo, sus costuras y dobleces, los cortes de audio, las claquetas y doblajes espontáneos durante el rodaje, las rayas y defectos del soporte fílmico al final de la toma (la película fue rodada en 16 mm y en blanco y negro, y su luminoso grano hace recordar con anticipada melancolía un cierto tipo de imágenes en extinción).
Asimismo, Los ilusos remite inexorablemente a la nouvelle vague, trocando las calles de París por las no menos cinematográficas de Madrid. León camina por esas veredas, recorre cafés y librerías, se encuentra con amigos y amantes, como hace cinco décadas lo hacían otros jóvenes en otros films. Más allá de algunas referencias puntuales, como el momento en el cual el protagonista sale de la sala a reprocharle algo al proyectorista (Masculino femenino revisitado), el film todo parece conversar con el espíritu nuevaolero, aunque también tienen cabida las citas a Tsai Ming-liang, algunos clásicos españoles o el cine del período mudo. Hay tres mujeres en la vida de León e incluso ellas (bellas, fotogénicas, mujeres de cine) remiten a experiencias cinematográficas previas. Pero Los ilusos no es una película asfixiada por la cinefilia, y también habla de la vida más allá de la pantalla, con humor y un espíritu juguetón y ligero.